CES S. Ramón y Cajal - Granada, Granada

Roberto D. R.

Estoy sumamente satisfecho con la calidad de la educación y el apoyo que he recibido en este centro. Los profesores son expertos en sus áreas y siempre están dispuestos a ayudar y guiar a los estudiantes. Quiero dar las gracias especialmente a Enrique por su gran labor profesional como docente. Su dedicación y pasión por enseñar hacen una gran diferencia en la experiencia de aprendizaje. Las instalaciones están muy bien equipadas, lo que facilita un aprendizaje práctico y efectivo. Además, el ambiente es muy acogedor y fomenta la colaboración y el desarrollo personal. Sin duda, recomendaría este centro a cualquier persona que busque una formación profesional de alta calidad.

Rosa P. R. A.

Sería genial y muy buena referencia para vuestra institución que reenseñaran a sus pupilos que cuando salgan a su descanso a zonas aledañas, recojan, se lleven o tiren en las papeleras los botes, briks, papel de plata y servilletas de su merienda y no las dejen tiradas donde se sientan, con la papelera en frente, a pocos metros de ellos, ya que da muy mal aspecto al barrio y como todos VEMOS que son ellos (alumnado del CES RAMON Y CAJAL) los que dejan lamentable escenario para luego volver a sus clases, donde se ve que no les enseñan siquiera, en principio a vivir en sociedad, cosa que ellos, ya mayorcitos lo tendrían que saber PERO habría que recordárselo las veces que haga falta, por el bien del barrió y el buen nombre de su institución . Gracias.

Juan A. R. S.

Estudiar en el colegio Ramón y Cajal fue una experiencia maravillosa. Los profesores eran apasionados y siempre dispuestos a ayudar, lo que me motivó a esforzarme y aprender con entusiasmo. Además, el ambiente era cálido y acogedor, lo que me permitió hacer amistades duraderas.

Las instalaciones eran modernas y seguras, y las actividades extracurriculares nos ofrecían oportunidades para explorar nuestros intereses. Los eventos escolares eran siempre divertidos y nos enseñaban valores importantes como el trabajo en equipo.

En resumen, mi tiempo en Ramón y Cajal no solo me preparó académicamente, sino que también me brindó una infancia feliz y llena de recuerdos inolvidables. Estoy muy agradecido por los años que pasé allí.

Ezequiel G. C.

Estuve aquí cursando la ESO y el bachillerato, y fue la mejor experiencia educativa que he tenido. Son profesores muy cercanos y profesionales que me motivaron y animaron a luchar por mis objetivos y a conseguirlos. Solo puedo darles las gracias por su dedicación, apoyo y profesionalidad.

Joaquín M. M.

He tenido una experiencia excepcional en el Instituto Ramón y Cajal. Desde el primer día, me impresionó la calidad de la enseñanza y el compromiso del personal. Los profesores son expertos en sus materias y siempre están dispuestos a ayudar y motivar a los estudiantes. Quiero destacar especialmente a Enrique, quien hizo que me ilusionara por estudiar después de años perdido. Su dedicación y pasión por la enseñanza han sido una fuente de inspiración para mí.

Las instalaciones son modernas y bien equipadas, lo que facilita un ambiente de aprendizaje óptimo. Además, la oferta de actividades extracurriculares es variada y enriquecedora, permitiendo a los estudiantes desarrollar habilidades más allá del aula.

La atención personalizada y el enfoque en el desarrollo integral del alumno son aspectos que realmente aprecio. Recomiendo encarecidamente el Instituto Ramón y Cajal a cualquiera que busque una educación de calidad y una experiencia educativa gratificante.

Antonio J.

Mi experiencia en el CES S. Ramón y Cajal no se puede describir con palabras. Fui alumno en el grado superior de Imágen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear con el que pude acceder a la carrera de medicina y conseguir mi sueño, ser médico!

La dinámica es totalmente diferente a lo que uno se espera si procede de bachillerato. El profesorado es cercano, siempre intentan ayudarte (tanto en lo académico como en lo personal) y motivarte para que te esfuerces al máximo y consigas tus objetivos. Todos los profesores están altamente cualificados y procuran que comprendas al detalle la materia.
La calidad del curso, asignaturas, recursos y prácticas es muy amplia. Cuentan con una maquina de rayos propia para la realización de las prácticas pertinentes y llegar al hospital con altos conocimientos, cosa que se agradece bastante, agiliza tu formación intrahospitalaria y es reconocido por el propio personal sanitario que ve en ti altas capacidades. La estancia en el hospital es sin duda una de las mejores cosas que tiene el curso. Tus profesores realizan un seguimiento de las mismas para comprobar que todo va adecuadamente formalizando una reunión cada mes (y antes si fuera necesario).
Respecto a las ventajas que tuve posteriormente al estudiar medicina fueron las bases de conocimiento de anatomía y fisiología humana así como la propia experiencia que adquirí en las prácticas hospitalarias.
Las instalaciones del colegio y del curso (clases, salas de practicas, patios y cafeteria) son estupendas, además de su personal de limpieza. Mención especial a Sergio, el camarero y amigo de cafetería que te alegra cualquier mal día mientras te tomas un buen café.
Finalmente me gustaría resaltar la buena organización del curso, los profesores y las profesoras, el número de horas destinado a formación y aprendizaje dentro del centro, y los 6 meses de prácticas hospitalarias, que sin duda es de las cosas mas gratificantes que me ha dado el grado superior de IDMN.
Eternamente agradecido con todo el personal del centro, en especial con Juan de Dios (padre e hijo), Carme, Auxi, Enrique y Domingo. Recuerda que no solo te forman como estudiante, también como persona. Un saludo!

Gema G.

Para empezar le doy dos estrellas por que gracias a Ana, Borja, Shopi y Manuel mi experiencia fue más llevadera, he estado allí tres años de mi vida en bachillerato escogiendo este centro por qué al ser concertado se espera un poco más de seguimiento y empatía con sus alumnos, en bachiller no es así exceptuando a estos 4 profesores los demás dejan mucho que desear tanto en formas como en valores había compañeros que tenían miedo incluso de que llegaran ciertas asignaturas viendo el panorama de allí, me he cambiado este año a IPEP sin presentarme si quiera a las recuperaciones por mi mala experiencia sobre todo con mi tutor, conclusión pérdida de tiempo y dinero para el bachiller

Lolbit

Mi experiencia en el CES Ramón y Cajal ha sido profundamente decepcionante y frustrante. La ineficacia de los maestros es un problema endémico que socava la calidad educativa y demuestra una alarmante falta de compromiso con la enseñanza. Los docentes parecen más interesados en cumplir con el horario que en ofrecer una educación significativa. Pero lo más preocupante es la insensibilidad y la apatía con la que tratan la salud mental de los estudiantes.
El acoso es un problema que afecta gravemente a los alumnos, y la respuesta del personal educativo es vergonzosamente inadecuada. A pesar de las múltiples declaraciones sobre la existencia de recursos para pedir ayuda o presentar quejas, estos mecanismos son meras formalidades sin eficacia real. Las charlas sobre temas cruciales como la salud mental y el acoso se convierten en ejercicios superficiales que no conllevan ninguna acción concreta ni apoyo verdadero. La actitud predominante es de indiferencia, tratando estos asuntos con una ligereza inexcusable.
Es imperativo que el CES Ramón y Cajal despierte a la realidad de sus estudiantes y demuestre una empatía genuina. El personal debe identificar y abordar las conductas tóxicas entre los alumnos, creando un entorno seguro y de apoyo. Hasta que esto ocurra, el CES Ramón y Cajal seguirá siendo un lugar donde el bienestar de los estudiantes es, lamentablemente, una prioridad inexistente.
Lo que resulta más desalentador es la obsesión de esta institución por los premios y el reconocimiento público. El CES Ramón y Cajal parece más interesado en proyectar una imagen impecable al exterior, destacando logros y galardones, que en abordar los problemas reales que enfrentan sus estudiantes. Cuando surgen problemas serios, la respuesta es consistentemente deficiente. Los alumnos que buscan ayuda se encuentran con una pared de indiferencia y burocracia.
Es evidente que la administración del CES Ramón y Cajal está más preocupada por alimentar su prestigio que por la salud y el bienestar de sus estudiantes. Hasta que no cambien sus prioridades y comiencen a actuar con verdadera empatía y compromiso, este colegio seguirá fallando a aquellos a quienes debería servir.